Los primeros años de la década de los 90 no fueron precisamente un camino de rosas para los grupos de heavy metal más o menos tradicional. La moda del rock alternativo y el grunge parecía haber convertido en trastos obsoletos a las bandas que habían sido extraordinariamente grandes en los 80. Esta podría ser una razón para explicar que Countdown To Extinction nunca haya sido uno de los discos más nombrados cuando se trata de ensalzar las virtudes del conjunto de Dave Mustaine.
Sin embargo, lo cierto es que este álbum es una de las cumbres de la aguerrida formación estadounidense. Después de cuatro trabajos repletos de thrash metal clásico, la coyuntura aconsejaba comenzar a apartarse de ese sonido para avistar nuevas praderas. Metallica había mostrado la senda a seguir con su multimillonario álbum homónimo (“el negro” para los amigos), por lo que Megadeth no iba a ser menos. Así, el verano de 1992 se calienta más de lo debido con la publicación del magistral Countdown To Extinction. Según el propio Mustaine, la chispa para “Symphony Of Destruction” le llegó conduciendo por la zona angelina de Toluca Lake; en plena jaqueca, Dave dio la vuelta a una caja de sushi y escribió sobre el cartón de la misma las primeras frases que le inspiraba ese tenso momento. El cantante y guitarrista hace con esta canción un retrato de lo que él entiende que significa la destrucción de la humanidad llevada a la misma por sus líderes políticos.
SYMPHONY OF DESTRUCTION
Grupo: Megadeth
Disco: Countdown To Extinction
Año de Publicación: 1992
SINFONÍA DE DESTRUCCIÓN
Se toma a un hombre mortal
Y se le controla.
Míralo convertirse en un dios,
Mira las cabezas de la gente rodando.
Igual que el flautista de Hamelín
Lleva a las ratas por las calles,
Bailamos como marionetas
Balanceándonos con la sinfonía de destrucción.
Actuando como un robot,
El cerebro de metal se corroe.
Intentas tomarle el pulso
Antes de que explote la cabeza...
¡Explote!
Igual que el flautista de Hamelín
Lleva a las ratas por las calles,
Bailamos como marionetas
Balanceándonos con la sinfonía de destrucción.
La tierra comienza a retumbar,
Las potencias mundiales caen.
Guerreando por lo cielos
Un hombre pacífico se yergue...
¡Se yergue!
Igual que el flautista de Hamelín
Lleva a las ratas por las calles,
Bailamos como marionetas
Balanceándonos con la sinfonía de destrucción.
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